Los profesionales que llevamos más de 25 años haciendo este trabajo hemos visto cambiar, radicalmente, la manera de vender a nuestros clientes, ya que la evolución de las nuevas tecnologías es un hecho que modifica en gran medida nuestras relaciones personales y profesionales.
Recordemos que hace unos años uno de los principales motores de negocio eran las tiendas tradicionales. Actualmente, la base más importante de cualquier empresa es el sitio web y las redes sociales. Puedes tener una gran tienda en el centro de la ciudad pero si no dispones de una buena web y de un buen posicionamiento en las redes vas perdiendo mercado cada año.

La tienda ha pasado a un segundo plano; ahora los productos se muestran en lo que se llama el show-room, donde se prioriza, en nuestro caso, la vertiente tecnológica y la casa conectada. La exposición de productos ha quedado, principalmente, para el sector de la ventana y las mosquiteras. Actualmente, el toldo ya no precisa de una exposición, ya que, con los trabajos tan personalizadas que estamos haciendo, resulta que los productos básicos que puedes tener en exposición no nos sirven. Tenemos que jugar con las nuevas tecnologías y con nuestra experiencia para diseñar las instalaciones a medida de nuestros clientes. Las ventanas son un producto de evolución más lenta y es interesante que se puedan ver y tocar, que podamos hacer demostraciones de aislamiento acústico y térmico. La ventana forma parte de las paredes de la casa, de su estructura y da un valor añadido importante a la calidad de vida y al ahorro energético que esperamos obtener.
A consecuencia de todo este progreso, los profesionales hemos evolucionado de simples vendedores a técnicos comerciales, cada vez más especializados en casas conectadas y, muy pronto, en casas con inteligencia artificial.
Que todo esto, sin embargo, no nos haga olvidar lo mejor de todo: la mirada cara a cara con nuestros clientes y el encaje de manos por el trabajo bien hecho.

Ignasi Poblet, director comercial en Montol