Reducir el consumo energético en las viviendas:

Las actuales tendencias en arquitectura buscan reducir al máximo el consumo energético de las viviendas, lo que se consigue con un buen aislamiento térmico, el control de infiltraciones, el aprovechamiento de la energía del sol para una mejor climatización y una máxima calidad del aire interior.

En el año 1990 se construyó en Alemania el primer edificio diseñado bajo los parámetros del llamado estándar Passivhaus, una serie de condiciones en el diseño y la construcción de edificios para minimizar el consumo energético, especialmente para calefacción y refrigeración.

El cumplimiento de este estándar puede suponer el 80 por ciento de ahorro en gasto de energía, que en España, por las condiciones de su clima, puede llegar al 60 por ciento, con lo que puede conseguirse la mejor clasificación energética posible, la clase A. El estándar para clima mediterráneo establece que la demanda máxima de energía útil para calefacción debe ser de 15 Kwh por metro cuadrado y año, y la misma cantidad para refrigeración, entre otros parámetros.

Para conseguir estos estándares es necesario, entre otras cosas, que tengamos un muy buen aislamiento en ventanas. Un ejemplo son las ventanas Kömmerling 76 MD Xtrem. Están certificadas para poder cumplir el estándar Passivhaus para clima templado al ofrecer un aislamiento máximo. Contienen seis cámaras de aire estanco, en tan solo 76 mm de espesor, lo que le permite un elevado valor de aislamiento térmico y acústico sin renunciar al resto de prestaciones, al incorporar los últimos avances en ingeniería de perfiles. Estas ventanas, además, se ofrecen con diferentes formas de apertura (oscilobatiente, abatible en ejes horizontal o vertical, pivotante…). 

Estas ventanas contribuyen a lo que se le pide a una vivienda Passivhaus: Garantizar el mayor nivel de confort interior con la menor demanda energética posible. Ganamos calidad de vida y contribuimos a un mejor medio ambiente. Poco más podemos pedir.