Cuando entras en una casa y el cliente te muestra el espacio donde tenemos que hacer realidad sus ilusiones, el reto que se te plantea es mayúsculo. De lejos puede parecer una tontería, sólo es un toldo o una pérgola. Pues no; quizás visto fuera puede parecer muy pretencioso pero no sólo es un toldo o una pérgola, es un espacio nuevo de la casa, un espacio que aspira a ser de disfrute familiar.
Nosotros le damos un valor mucho más importante en nuestro trabajo, me explicaré: la persona que te llama porque tiene una necesidad está dispuesta a gastar un dinero que para ella son importantes y que le han costado mucho ganar. El reto es conseguir, con este dinero, las máximas prestaciones en su terraza, es hacerle un trabajo a medida, adaptado a las características y el estilo preexistente en el espacio. No quiero utilizar la palabra «proyecto», le tengo demasiado respeto y no somos decoradores. Somos técnicos que, con la experiencia del trabajo realizado a lo largo de todos estos años, nos permitimos alguna licencia utilizando las tendencias del mercado para adaptarlas a las ideas que tiene el cliente.
Unos de los retos más grandes en este trabajo es ligar la funcionalidad (que es lo más importante) con lo que nos propone el cliente, reto mayúsculo debido a las fotografías que corren por internet y que no siempre se pueden adaptar, bien por las características de nuestra zona geográfica, bien por las del espacio donde debe ir la instalación, es decir, lo que el cliente inicialmente se imagina. Lo importante es que al final del proceso de venta, el cliente esté satisfecho con el resultado y la funcionalidad del trabajo y nosotros orgullosos y satisfechos del producto instalado.
Ignasi Poblet, director comercial de MONTOL.